Embarcaciones ESTABLE y SPACE.Catamaranes.

 

 Antifouling avanzados.

 Articulo tomado de la  web http://www.fondear.org

Los fabricantes de estas pinturas no dejan de investigar e introducir nuevos productos en el mercado. ¿El objetivo? Acabar con el TBT una sustancia biocida conocida como Tributilo de Estaño sumamente perjudicial para el medioambiente.

La Organización Marítima Internacional (conocida como IMO) lleva exigiendo desde el año 2003 la reducción y posterior desaparición de este compuesto que ha sido utilizado durante años como biocida muy efectivo en las pinturas antifouling. Desde el 1 de Enero de 2008 está totalmente prohibida y queda sustituida por una variedad de pinturas libres de TBT mucho más respetuosas con el medio ambiente, además consiguen una alta eficiencia y durabilidad.

Un barco navega con más suavidad si su obra viva está libre de algas, moluscos y otras inscrustaciones. La batalla contra el crecimiento de formas de vivas sobre la obra viva es tan antigua como lo es la historia de la navegación. El TBT demostró hace más de treinta años ser muy efectivo contra el caracolillo, las algas y demás incrustaciones, pero más tarde también demostró ser altamente tóxico y letal contra el mar. La toxina del TBT se acumula en los sedimentos marinos afectando a los sistemas hormonales de los peces y otras formas de vida en el mar. Aún hoy en día muchas especies siguen afectadas por el envenenamiento con TBT.

Actualmente se utilizan ya otros productos biocidas como el carboxilato de zinc o el acrilato de cobre, aunque quizás el futuro esté en las superficies elásticas no adherentes a base de siliconas flexibles. Así ya existen varios antifouling basados en una fina película de silicona flexible de gran suavidad sobre la que las incrustaciones tienen mucha dificultad en adherirse.

 

Un pulido antifouling que vale millones

Suavidad equivale a beneficio. Sorprende por ello el aspecto rugoso que muchas veces ofrece la pintura antifouling y que necesariamente tendría que tener un aspecto liso para conseguir reducir la resistencia hidrodinámica del barco. En los barcos de recreo este aspecto tiene importancia para conseguir mejorar las prestaciones del velero o reducir el consumo de los barcos a motor. En los grandes buques mercantes el efecto es brutal. Si utilizamos un antifouling a base de siliconas como por ejemplo el Hempasil, la eficiencia energética aumenta en más de un 10% gracias a la disminución de la resistencia del casco sobre el agua. En un gran portacontenedores cuya factura de fuel-oil anual asciende a 25 millones de dólares, el uso de un buen antifouling supone un ahorro de más de 2,5 millones de dólares al año.

 

Algunos antifouling están basados en una película de polímero de flúor autopulimentable que ofrece una superficie extremadamente lisa y por tanto con un gran rendimiento para la propulsión del barco. La superficie es flexible lo cual ayuda a evitar el crecimiento de organismos vivos.

Antifouling con ultrasonidos

Así podía ser en un futuro cercano, si el sistema demuestra verdaderamente su eficacia. Una empresa inglesa ha sacado al mercado un sistema electrónico consistente en un emisor de ultrasonidos que emite vibraciones ultrasónicas en la gama baja de frecuencias de los ultrasonidos. El sistema promete destruir o al menos incapacitar la adherencia de los organismos vivos tanto animales como algas al casco. El aparato consiste en un transductor de ultrasonidos que se adhiere mediante epoxi al interior del casco sin necesidad de hacer agujeros que traspasen la obra viva. El emisor trabaja a 12 ó 24 voltios y consume del orden de 1 amperio.

Las vibraciones emitidas por el sistema protegen la obra viva al crear una película de moléculas de agua vibrando al “son” de la ultrafrecuencia lo cual impide la fijación de cualquier forma de vida. El precio del sistema es de unos 800 libras esterlinas para barcos de hasta 10 metros y de 1500 libras para cascos hasta los 20 metros.

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